Recuerdo cuando vi por primera vez la mítica charla de Sir Ken Robinson en el TED «La escuela mata la creatividad«, por Internet evidentemente. En mi centro intentaba hacer algo diferente: utilizar otro tipo de tecnología, incluir procesos más allá del lenguaje textual, el saber ya de antemano que era una obligación por nuestra parte utilizar los medios audiovisuales en el contexto educativo.
La escuela mata la creatividad
Yo venía de hacer algunas cosas en mi parte privada: alguna que otra web, algún que otro elemento 3D y postprodución visual, e incluso estuve un buen tiempo escribiendo en un par de revistas del sector tecnológico, con bastante fortuna debo añadir. Y aún a sabiendas de que pensaba y hacía pequeños proyectos con planteamientos diferentes, mi primera vez ante Sir Ken Robinson y su memorable charla fue un absoluto choque. Y lo fue por partida triple.
Por un lado más personal, si escuchas a Sir Ken Robinson y sientes que no estás loco es un buen síntoma, que supiese que había gente por ahí que pensaba de forma similar a mi, ayudaba. Quizás el estar menos solo en Internet, aunque siempre me ha parecido que la frase «mi claustro es el mundo virtual» estaba fuera de lugar. El recibir ese empujón que necesitaba para ser más valiente en mi forma de actuar y adentrarme en el mundo del aprendizaje mediante dinámicas activas.
Si escuchas a Sir Ken Robinson y sientes que no estás loco es un buen síntoma
Era 2007 (o 2008 no recuerdo bien) cuando lo vi por primera vez y me sigue impactando. Y lo sigue haciendo porque es, a día de hoy, un mensaje absolutamente necesario, brillante y demoledor. Nada (o muy poco) ha cambiado a nivel de sistema en nuestro país:
- Seguimos hablando de deberes (las famosas hojas con multiplicaciones siguen llegando a casa) como si estos fueran algo necesario en un aprendizaje significativo.
- El uso de metodologías activas es más bien ínfimo (a nivel de número de personas en comparación al total de docentes) aunque tenga mucha repercusión en ciertos círculos.
- PBL? CBL? Design Thinking? ¿Cuántos centros han modificado su Proyecto de Centro partiendo de estas premisas?
- La tecnología que se utiliza en las aulas es, como mínimo, mediocre y centrada en el profesorado, determinada por informáticos y políticos que poco o nada saben de lo necesario para aprender y con prohibiciones absurdas de plataformas. Y, sólo en casos contados, se realiza a partir de experiencias de centro.
- No existe un movimiento de mentorización que tenga en cuenta al profesorado de referencia y vanguardia que puede y debe hacer de tutor del nuevo docente que se incorpora o a aquellos que quieren cambiar su forma de actuar. Tiramos de famosos nombres que nunca han tocado un aula y no conocen nada de una dinamica activa de aprendizaje ni como llevarlo a cabo con niños.
- ¿Cuál es el papel de la inspección más allá de mantener una burocracia? Muchos de ellos son los primeros en estar en contra pero ¿y su formación? ¿Están preparados para las necesidades de presente y futuro?
- El aprendizaje de las «soft skills» o habilidades transversales es más anecdótico que otra cosa, por no hablar de la inexistencia de una verdadera inclusión de planteamientos SEL y Growth Mindset.
- Los libros de texto campan a sus anchas -políticametne es un caramelo decir a los padres que no pagarán ,o slibros de texto (independientemente de que sea en papel o digital… incluso estos osn peores en casi todos los casos) o lo harán a bajo coste- y el docente que no se acoge a ellos, no tiene ni un duro en compensación para realizar proyectos (salvo mínimas excepciones, como en Andalucía aunque no se llega a la misma cantidad económica).
- Las áreas curriculares están todavía más parametrizadas con absurdas tablas de estándares que hay que cumplir en porcentajes ridículos cada trimestre. Para llegar finalmente a exámenes de alto riesgo que no ayudan a nadie, salvo a mantener el sistema y que las personas se tengan de adaptar a él. ¿Realmente hay alguien que cree que así se descubre el talento?
Si me ofreciesen todo el coste de libros de texto qeu se gasta mi aula en dinero contante y sonante, mi alumnado tendría un iPad completamente gratis en dos cursos.
Pero sobretodo, sobretodo, seguimos ignorando aquellas áreas de las que habla Sir Ken Robinson y seguimos ignorando la creatividad como el verdadero motor que necesitamos y que puede cambiar el sistema.
Seguimos viendo como la música (y no digamos otras formas artísticas como el teatro o la danza) siguen relegados a la mínima expresión (aunque en esto los docentes ayudamos mucho al «matematicalizar» el área como si un carácter recio fuese a otorgarnos un rango de asignatura fuerte y prestigiosa.
La jerarquía de las asignaturas se ha radicalizado todavía más, con nuevos agentes que dicen buscar el bien del alumnado imprimiendo el caracter STEM… no voy a volver a hablar de semejante despropósito, quien quiera puede leer mi entrada en «Por qué lo llamas STEM cuando quieres decir STEAM«.
El sistema educativo dice perseguir el talento y hace todo lo contrario: estandarizar, generar exámenes de alto riesgo y cuadricular todavía más el proceso de descubrir qué te emociona y qué te motiva.
¿Y nosotros, los docentes? ¿Acaso pensamos qué hacemos en el aula y qué hacemos en y para las vidas de nuestro alumnado? ¿nos preocupamos de cómo aprenden? ¿nos formamos buscando en nuestras vidas más allá de la oferta formativa oficial? ¿Acaso no tenemos nuestra porción de culpa en todo este desaguisado?
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[…] o la parametrizamos en ridículas asignaturas a las que se accede en Secundaria. Lo dijo ya hace 10 años Sir Ken Robinson y el sistema no está respondiendo ni a las necesidades reales de […]