Acabo de volver del congreso de educación mediática y competencia digital celebrado en o escuela universitaria de magisterio de Segovia, universidad de Valladolid. Y me vengo con un sabor agridulce
Por un lado, cansado. Sólo a mi se me ocurre hacer todo el trayecto en coche a Segovia de un tirón: 5 horas, que no es poco, y de madrugada!. Pero no contento con eso, hago lo mismo de vuelta. Y claro, el coche no protesta pero el cuerpo casi hace crack durante el fin de semana. Y ahorma mismo ya estamos en otra: a Ceuta, desde Santiago ( casi nueve horas para llegar, entre aviones, desplazamientos, etc). Veremos como me recupero de esta, porque acabo la semana yendo a Salamanca en coche de nuevo. Glup! Eso si, “sarna con gusto no pica”.
A lo que iba. Cansado, decía. Pero mi cansancio no es sólo físico. Me canso de oír un poco lo mismo desde el mismo lado. Me parece interesante que la universidad realice congresos de este tipo y que, además, gente como yo que no somos profesores universitarios también tengamos cabida. Pero podría haber sido mejor, me explico…
La primera tarde me cansé de oír a profesores universitarios y creadores de tesis doctorales en lo que parecía una carrera por meter la mayor cantidad de tecnicismos y autores por minuto, a ver quien ganaba en la recta final. Mucha paja para tan poco fuego.
Y la verdad es que ese punto me ha parecido muy flojo. No en cuanto a la discusión, que es buena, sino a ese “hablar del sexo de los ángeles” sin que nada concreto y material se plasme. Me queda la sensación de que la gente que trabajamos en la escuela, sin tanto doctorado ni tanto título, lo tenemos bastante más claro. Es cierto que pudimos levantar la mano y hablar en las ponencias horizontales (un gran acierto, aunque si queremos ser iguales todos, saquemos esas mesas para ponentes de ahí arriba… estorban, en serio). De hecho, @jochimet sí que habló, y muy bien además.
En ese sentido, las aportaciones de gente que tiene muuuuucho tiempo para hacer investigaciones me pareció un poco pobre, visto desde el que trabaja día día con alumnado creador y difusor, porque aunque no se den cuenta, los jóvenes y estudiantes ya son creadores multimedia, a su manera, pero lo son.
Y desde que llegó a mis manos el informe de los resultados de la investigación realizada sobre la escuela 2.0 en la que intervinieron varias universidades, profesores reconocidos, y tropo cientos mil euros de presupuesto más ganas de patalear tengo, pero esa historia ya la contaré en otro momento.
Creo que, de hecho lo resumí perfectamente en una respuesta a un twitt de mi colega @achinech -Carlos González- (un investigador becario universitario con muchas ganas de cambiar las cosas y con la mente abierta y rápida) con el que también estuve en el congreso y del que aprendí que los becarios en este país son tratados de una forma realmente penosa.
El twitt hablaba de las conclusiones del congreso: “la educación mediática no tiene que ser transmisiva únicamente mediante documentales sino que hay que crear” a lo que contesté que no era necesario montar un congreso internacional para llegar a esta conclusión.
Y esas dos frases creo que resumen perfectamente mi visión de lo que ha sido el congreso y mi opinión, no?
La mejor parte del viaje ha sido el reencuentro con varias personas a las que conocí hace casi un año. David, el director de la EU de Magisterio de Segovia y a Andrea Giráldez, una de las personas que conozco del mundo universitario con la mente más abierta y dispuesta no solo a enseñar sino, y más difícil, a aprender.
La ocasión de realizarse este congreso en las instalaciones de la EU de Magisterio me permitió no solo estar con estas dos persas, sino conocer a otras dos, muy interesantes por sus conocimientos y por sus ganas de aprender: Luis Torres e Inés Monreal. Pero para mi personalmente fue una ocasión especial, puesto que Andrea y David pensaron mi como persona interesante para que impartiese un taller al alumnado que cursa en Magisterio, los futuros docentes, vaya.
Y personalmente me siento muy orgulloso de que piensen que lo que cuento y hago vale la pena decirlo por ahí. Y si, por encima, estoy en una ciudad tan bonita y desconocida para mi, descubriendo el gran acueducto…