Es curioso que en estos tiempos en los que tenemos personas que opinan de los docentes poco menos que lo indecente (términos que varían desde borrego a gandul) y también definir la profesión docente como aquella que sirve más bien para poco o, de servir, sirve de guardería.
Es curioso, como decía, que sea la revista Forbes en la que en un artículo ponga en palabras una de las cuestiones más conocidas ente los profesionales del ramo: la profesión de la docencia es una de los trabajos que produce más tristeza entre sus profesionales.
Es decir, entre la diferencia que existe entre expectativas y realidad. La diferencia entre el propio profesorado que realiza innovación educativa y aquellos que siguen realizando las mismas tareas que hace 50 años sin que eso repercuta en un beneficio económico y/o social. El hecho de que el puesto de docente no está valorado socialmente. Y también, porque no decirlo, por el deterioro de la escuela como lugar de aprendizaje, en el que (entre todos: docentes, familias y política educativa) hemos conseguido que el alumnado haya perdido un poco el norte. YYYY!!!… y que entre tanto docente hay muy poca vocación!!
Todo esto ha repercutido en la calidad de la actividad docente y, por ende, en el estado de ánimo de los profesionales.
Debería hacernos pensar.
Visto en Tumblr a través de gjmueller