Tengo mal cuerpo… no lo pudo evitar. Discutir con docentes que reniegan del punto de vista en el que el centro educativo es un lugar de aprendizaje integral (y con integral me refiero a un acercamiento que los americanos denominan SEL). No abrir el centro y el curriculum a un acercamiento de aprendizaje socio-emocional es, para mí, una gran equivocación.
Incluso desde el unto de vista pura y exclusivamente cognitivo, desconocer como nuestro cerebro intelectual está irremediablemente conectado con nuestra parte emocional y que la primera depende en una gran medida de la segunda, es algo que todo docente salido de la universidad debería conocer.
Y en ese sentido, una gran cantidad deponentes considera que el aprendizaje REAL, el que de verdad cuenta, y pos supuesto cuenta para la administración porque… siempre se ha hecho así, es el aprendizaje que sucede en soledad, el individual… el que no necesita más que a uno mismo y que uno mismo debe valerse para todo y para siempre por si solo. Como fiel mundo fuese un cúmulo de células individuales imposibles de interconectar y trabajar (y sobretodo aprender) unas de otras.
La cuestión es que muchas veces no llega con nuestras vivencias, aunque sólo la vivencia sea lo que tienen para refrendar que el aprendizaje debe ser individual (y si puede ser, en la mesa de a uno, para no contagiar por ejemplo… alegría).
La cuestión es que, incluso desde el punto de vista más cognitivo, el hecho de trabajar en interdependencia genera un avance positivo muy importante. Aunque resulta igualmente necesario explicarlo ya que, como se puede ver en la gráfica, existe un periodo de descenso inicial en el que se generan situaciones de menor eficacia que denominan «de pseudogrupo”, que bien podría ser aquel en el que se entiende la colaboración del alumnado como el trabajo en el que se da una división en porciones individuales y eso… eso no es un trabajo colaborativo ni cooperativo y mucho menos por interdependencia.
Esto hay que explicárselo a las familias -y a muchos docentes-, ellos no tienen porqué saber de este proceso y genera cierta incertidumbre en ellos y ya sabemos que cualquier cambio genera una diferencia con respecto a la realidad que llevamos decenios generando. Lo cual ocupa un espacio predecible en el comportamiento académico.
Abandonar esa seguridad, sólo puede hacerse con un proyecto a largo plazo. Por lo que parece, un trabajo por interdependencia precisa de al menos 2 años de recorrido para llegar a esa cima mucho más significativa y potente.
Como podéis ver en esta gráfica (lo siento pero no recuerdo de dónde la conseguí…) el nivel de desempeño mejora con el tiempo que se mantiene la estructura de trabajo en cooperativo, aunque haya un bache inicial. El grupo de aprendizaje de alto rendimiento que trabaja en proyectos que requieren de una colaboración por interdependencia consiguen ser mucho más eficaces.
En esta segunda gráfica (que sí está referenciada):
Podemos ver las importantes conexiones que integran cada una de las necesidades y elementos que intervienen. Algo mucho más complejo de toque se consigue en un trabajo puramente individual. El hecho de trabajar de este modo implica una serie de esfuerzos y rutinas de confrontación, diálogo, negociación y aceptación de normas y argumentación de las propias que difícilmente se pueden dar en otro escenario.
Y como decimos en multitud de ocasiones, esto sólo puede dar se en contextos de aprendizaje activo con metodologías (algunas nuevas… otras no tanto) que nos permiten llegar a retos, a productos y a ideas mucho más potentes en el aula y fuera de ella.
