El libro de texto es un error. Un vestigio de una forma de aprender que funcionaba cuando el conocimiento era un bien escaso, que era preciso encapsular en algo físico para poder acceder a él. El libro representaba “lo que había que saber” de un tema, el camino por el que el profesor debía guiarte, o en muchos casos, los textos que tenías que memorizar para luego poder copiarlas en un examen, en el que te evaluaban por tu capacidad de retener datos en la memoria. A partir de la necesidad de encapsular el conocimiento para ofrecer al estudiante un

Más que interesante reflexión sobre el uso del libro, pero no de cualquier libro, sino el que lleva de apellido “de texto” aunque su verdadero nombre debería ser “escolar” no?

Se me queda cojo en cuanto a la segunda parte de lo que deberíamos hacer en el aula, creo que no sólo el acceso y filtrado de la información es una acción importante, también lo es los procesos que realizamos con ella: desarrollar las competencias del alumnado mediante experiencias de aprendizaje en las que CREAR con diferentes lenguajes y en diferentes acotaciones.