Llevo en la educación desde el año 1992 y tengo la sensación de que, si bien el sistema se retuerce sobre si mismo intentando, cual animal herido, luchar contra el cambio metodológico también es un hecho que nunca se había oído tanto hablar de educación en términos como innovación o disrupción.
Vivimos en un momento afortunado, un momento en el que los cambios que antes se podían vislumbrar pasadas varias décadas, surgen en pocos años, es lo que tiene la globalización. Una de estas cosas buenas que nos trae la globalización, es el conocimiento sobre investigaciones, sobre expertos y sobre temáticas que surgen a miles de kilómetros y a los que podemos acceder todos. El que aquí entra a leer mis ideas, sabe que Ken Robinson es, para mi, una de las figuras claves en la educación actual y, posiblemente, junto dos os tres más sean las personas que más pueden hacer por el futuro de la misma.
Existen otros expertos y muchos más profesionales interesados en la educación. En España contamos con algunos profesionales muy interesantes. Actualmente ha cogido notoriedad José Antonio Marina, al que le han encargado “El libro blanco de la educación” por parte del ministerio. Personalmente creo que es un encargo de fachada para lavar la penosa imagen que ha dejado Wert, el peor (con mucha diferencia) ministro de educación y cultura que ha tenido este país. En contra de este movimiento tengo, a priori, sólo dos cuestiones.
El encargo parece ser unipersonal, es decir, “yo me lo guiso, yo me lo como”. Resulta cuanto menos curioso que una persona se establezca en si misma con la capacidad de decir qué debe estar incluido y qué no. Considero un “pero” de enorme envergadura el hecho de que este señor no haya creado un consejo de expertos, un grupo multidisciplinar, una mesa de debate desde la que aunar diferentes propuestas y lineas de trabajo. No… parece que la figura de un Aristóteles moderno que sabe de todo y está por encima de todo, permite crear un “libro blanco de la educación” y así salen cosas como las que salen… muy mal señor Marina, muy mal.
La segunda cuestión viene dada de unos comentarios por parte del filósofo que no han hecho más que corroborar lo que pienso. Dichos comentarios aparecen en relación a un artículo publicado por el periódico digital Diario.es: «Las escuelas se olvidan de la creatividad de los alumnos” (que, dicho sea de paso, contiene unos comentarios en la parte inferior realmente preocupantes). En uno de los párrafos se puede leer al señor Marina:
Este tema no se puede despachar a la ligera. No se puede desprestigiar la ‘respuesta correcta’, como hace Robinson. No hay una solución creativa a la tabla de multiplicar, ni se puede mezclar Napoleón con Harry Potter en un relato histórico
Dichas lineas me han dejado claro varias cosas sobre el señor Marina.
- ¿¡Como que «despachar a la ligera»!? ¿Quien ha dicho que el señor Robinson ha despachado a la ligera este tema? ¿ De verdad el señor Marina se ha planteado algo más que su propia postura? este filósofo si que despacha a la ligera lo que ha demostrado en más de una ocasión el señor Robinson.
No voy a explicar lo que sucede a nivel neurológico sobre este tema, hay otras personas que lo saben explicar mucho mejor que yo y, tristemente, el señor Marina demuestra su gran desconocimiento sobre esta cuestión. Simplemente debería pasarse por este blog Escuela con cerebro y leerse alguna de sus entradas, como por ejemplo ¡Eureka! El cerebro creativo en acción. Algo aprendería, que falta le hace.
- Y dos… ¿no hay manera de aprender la tabla de multiplicar de forma creativa? ¿de verdad que su desconocimiento sobre lo que sucede en las aulas es tan nulo como acaba de demostrar? Dichas palabras solo pueden venir de alguien que desconoce profundamente lo que está sucediendo en las aulas, lo que sucede en otras latitudes para trabajar diferentes conceptos y posibles acercamientos.
A eso se le llama “ignorancia” y dice muy poco del señor Marina en cuanto a preocuparse por lo que sucede en las aulas. ¿Y escribe un libro blanco de educación?
Lo dicho, acabo enfadándome. Otra oportunidad perdida para establecer un verdadero libro blanco sobre educación. Con la falta que nos hace.
Comments: 2
señor, desconozco quien es usted, pero conozco el trabajo de Marina a través de sus dilatada experiencia como educador, escritor y comunicador. Yo trabajo en la enseñanza canaria desde hace 35 años, y acostumbro a mis alumnos a citar de forma congruente y a no hablar de un autor si no se ha leído su obra. Puedo comprender su santa indignación en estos años tantalibanes, pero no aceptaría jamás de mis alumnos un ejercicio de verborrea que se basa en una sola frase entrecomillada. Necesita usted mejorar.
Estimada María Pilar,
No hablo en mi entrada acerca de la dilatada experiencia del señor Marina, tampoco hablo de sus conocimientos, ni de de los intereses que le llevan a realizar el ya famoso libroo de sus altas competencias ni tan siquiera de su persona.
Hablo de una cita que se le atribuye, que está públicamente expuesta y que evidentemente puede haber sido coartada, sesgada, malinterpretada y/o modificada. Si así es,
Lo que es innegable es que en este libro no se ha contado con todo el profesorado, ni si quiera con un equipo multidisciplinar. En modo alguno hablo de su calidad como filósofo ni como profesor universitario, lo que referencio es lo que yo, personalmente, considero una gran carencia en la iniciativa. Y no sólo hablo de una frase!!
Ah!! Y es curioso que el que me acusa de hacer semejante ejercicio sea el que empieza su frase diciendo: «desconozco quien es usted» y me acusa de verborrea. Y llevo 24 años en la docencia, por cierto.