Hace una temporada escribí un post un poco a contracorriente hacia el profesorado y hacia la administración, o sea, contra mi mismo y contra la empresa a la que pertenezco. Hay muchas cosas que cambiar, mejorar, recomponer y generar… Pero destruir la escuela pública no es la solución y desgraciadamente es el camino que se ha tomado en este país.
Actualmente hay un movimiento político por parte de alguna administración de denigrar lo público, haciéndolo cómplice de mal funcionamiento, de aburguesados empleados que sólo se miran el culo. Es cierto, hay empleados que su única función es intentar trabajar lo mínimo posible, al igual que hay trabajadores en cualquier empresa privada que lo único que pretenden en trabajar lo mínimo, sin dar un palo de más.
Pero al igual que hay trabajadores en el sector privado que hacen muy bien su trabajo, hay mucha mucha mucha gente del sector público. Hay muchas cosas que cambiar, pero lo que está ocurriendo con la escuela pública no tiene razón de ser, a menos que lo que se persiga es privatizar uno de los pocos focos (junto a la sanidad, la otra gran atacada últimamente) que quedan por enterrar dentro de lo que se conoce como “estado de bienestar”, cuestión que se ha banalizado hasta extremos que, creo, de ser sobrepasados nunca tendrán vuelta atrás.
Me resulta un poco chocante que a estas alturas la gente se plantee no adquirir libros de texto por aquello de “darles en las narices” como represalia hacia una administración que nos trata como trabajadores de segunda clase y nos echa a nuestras espaldas parte de la crisis, cuando la cuestión es mucho más ambiciosa (o debería serlo) en este sentido.
Pero de ser así el movimiento, que lo aplaudo, deberíamos hacer lo mismo con los docentes que dedican parte de su horario a arreglar los mierda-ultraportátiles de la escuela 2.0 (Abalar, Eskola 2.0, Centros TIC o cualquiera que sea el nombre que le ponga la administración). Curiosamente ese coste no se incluye en la factura de esa tecnología adquirida por la administración, y es mucho dinero.
Pero lo peor está por venir. Con nuestro ínclito ministro de educación, se acabó todo tipo de investigación e innovación educativa en cuanto a tecnología se refiere. Eso si, la omnipresente PDI se instaurará (porque Wert dice que es lo único que vale, él que sabe de innovación educativa, verdad?).
EEUU ya pensando que el formato PDI está ya obsoleto y lo mismo con el uso de la tecnología clásica en educación, introducen descaradísimamente el tablet (sobretodo con el iPad) y elementos de apoyo como el AppleTV, descentralizando la figura del docente y otorgando al alumnado mucha más posibilidad de crear… uy, perdón!! qué he dicho!! creatividad!! si eso no tiene cabida en la cultura educativa de este país!!, un sistema que le otorga más peso a la asignatura del adoctrinamiento religioso que al aprendizaje del arte en sus variadas formas. Como todos sabemos, es más importante aprender a rezar el “padrenuestro” que fortalecer la relación que ya existe entre la música y la presentación plástica con el pensamiento lógico-matemático, la capacidad comunicativa, la creatividad y la socialización del arte actual y a través del uso de las nuevas tecnologías.
En ese panfleto de “Anteproyecto” que está presentando el ministerio y que ha dejado de lado a todo movimiento de renovación pedagógica (pedagogía, otra palabra maldita para este ignorante ministro), rectores de todas las universidades, a los más insignes docentes de didáctica de España y a todo aquel que se ha puesto delante que no se haya bajado los pantalones, el ministerio pone las bases para que toda innovación educativa desaparezca, para que el uso de las TICs se adecuen a “recortar el coste”, el objetivo principal y único -y con el alumnado de ANEE ya ni hablemos… mejorar la educación queda para otro decenio.
Por supuesto, queda el hecho de poner al docente como vago, eso de los 2 meses de vacaciones está muy bien traído como excusa para buscar un “cabeza de turco”. Lo curioso es que la administración no está realizando NADA en ese mes, nada de formación, nada de innovación y nada de preparación de forma sistémica, generalizada.
Pero queda muy bien decir que la culpa de todola tiene el alumnado “malo”, ese al que el ministro echa las culpas por el retraso del resto el alumnado (alucinante!! no sé que es peor, que semejante esperpento de persona lo diga o que la gente le aplauda con las orejas… lo que tiene la ignorancia!).
Increíblemente este alumnado con problemas tendrá justo aquello que no necesita… más horas de lo mismo!! Es que el colegio no es para aprender, es para repetir, repetir y repetir!!!
Finlandia, ese país, que este ministro inculto que nos ha tocado sufrir utiliza vergonzosamente en su anteproyecto, tiene casi un 40% menos de horas lectivas en las etapas obligatorias en comparación a España, y dedica muchos millones de euros más que nosotros en inversión educativa, mantienen un nivel de importancia para las artes, la música, la actividad físico-deportiva y que tiene a los profesionales con mayor autonomía educativa, inversión tecnológica y con mejores resultados. Justo lo contrario de lo que está haciendo el ministro.
La culpa es del maestro que coge el mes de julio y se gasta su dinero (y el que no cobrará en diciembre) para irse a AulaBlog, Novadors, TICeMUR, y sigue por internet Educared, y cuarenta cursos online -prácticamente ninguno de la administración-
Así nos va…