de STEM a STEAM
La nueva ley LOMLOE incluye un enfoque STEAM, por primera vez. Aunque habría que discutir mucho sobre este punto, o mejor dicho, sobre cómo se aborda este planteamiento. Resulta realmente descorazonador que simplemente se exponga la intención de abordar un aprendizaje integral, aunque llega tarde… STEAM ya se está denominando STEAM-h para hacer más evidente y explícito ese aprendizaje de las áreas humanísticas que tan denostadas han sido por aquellos que poco (por ser amables) saben de los beneficios de un aprendizaje integral y holístico.
Elementos a tener en cuenta para el desarrollo de un programa integrado STEAM
Pasado de un formato STEM a un enfoque STEAM
Pero que una ley exponga un enfoque tan necesario como STEAM no significa más que eso, lo pone. Una ley sirve en tanto en cuanto explicita los sustentos que pueden hacer llevar dichos elementos al aula. Los únicos elementos que, en realidad se intentado colocar de una forma mínimamente serían la nueva ley educativa es la reducción de contenidos en las diferentes áreas, pero… ¿no decíamos que estábamos ya en una época en la que se debería estar abordando de forma urgente un aprendizaje para la competencia?
Y no es que no hiciese falta dicha reducción de contenidos. Hay áreas y momentos de la formación no universitaria que, por mucho que los abanderados de la antigua enseñanza lo veneren, no se producía más que una memorización o una descontextualización… y de esos barros, estos lodos. O dicho de otro modo, por eso la grandísima mayoría de las personas siguen sin tener claro cómo o dónde utilizar ciertos elementos de contenido que han abordado en su época escolar pre-universitaria.
Pero volvemos a nuestro STEAM, que vemos que es nombrado, nada más, en la nueva ley. Sin estructura, sin andamiaje, sin la búsqueda de puntos de inflexión o conexiones entre áreas, sin una reorganización de espacios y horarios, sin un aumento de la valoración de las áreas artísticas, sin preparación para docentes, sin un cambio de paradigma en la evaluación…
Eso sí, en cuanto alguien nombra evaluación, entonces ponemos porcentajes de criterio, notas numéricas (¿pero no se habla de evaluación formativa?), de modificación del formato de información a las familias… Por no modificarse, no se toca ni la ratio de alumnado por aula.
¿Para qué queremos una ley que no cambia prácticamente nada? En fin…
Si queréis acercaros al STEAM, aquí os presento dos elementos con los que podéis intentar un planteamiento integral. El primero son los elementos a tener en cuenta a ahora de su integración en la cultura de centro. Y el segundo son las semejanzas y puntos de inflexión necesarios a tener en cuenta con respecto al enfoque STEM.