Como hemos contado en la primera parte de esta historia, las personas usamos de forma consciente, pero mucho más de forma inconsciente, nuestro cuerpo para transmitir la información a una audiencia que, esperamos, tenga una escucha activa.
Y si, además de hablar con alguien, estamos criticando a alguien, entonces deberíamos tener en cuenta otras cuestiones como la escucha empática, la sinceridad por parte del orador y el reconocimiento por parte del oyente. Porque entran a jugar otros elementos como las emociones y los sentimientos, los prejuicios, las propias vivencias e incluso los estados de ánimo y carácter de cada uno.
Por eso, la regla del 5×1. Cinco halagos por cada crítica. Y no hay que tener en cuenta únicamente el número de críticas sino también el momento de mostrarlas. De heho, dicen los expertos que debería ser:
HALAGO HALAGO crítica HALAGO HALAGO
Como siempre, no podemos quedarnos en lo formal para hablar de la comunicación entre personas, o entre conferenciante y audiencia, o entre emisor y receptor. Cuando la comunicación se genera en espacios preseciales, la comunicación llega a otros niveles no necesariamente mejores, pero sí más intensos. En mi humilde experiencia, puedo decir que he notado que la escucha activa del público es mucho más intensa cuando se realiza cara a cara, cuando puedes mostrar emociones en tiempo real y en persona, cuando puedes mostrarte más… cercano y más real (para bien y para mal).
Y esas sensaciones que se intentan dejar en el lado del público se podrían resumir en…
Características del comunicador
El comunicador que trabaja en tiempo real delante de un público debe reunir una serie de características que van desde su capacidad de argumentar y sintentizar pero también de emocionar y entusiasmar. Algunos lo reducirían a decir que tiene que «ser un showman» y ciertamente creo que es válido en muchos casos. No por el hecho de los fuegos artificiales que pueden confundir, sino por la capacidad de utilizar muchos lenguajes y llegar a emocionar a la audiencia, y eso es clave para hacerse oir y llegar al púbico de forma activa y empática.
Para ello, creo que debería…
SER honesto. No se puede hablar de aquello que no sabemos, no deberíamos «vender humo» sólo por poder aparentar ante el público de lo que realmente no conocemos. Hablar de nuestras prácticas reales y nuestros fallos más que de los aciertos, eso es ser honestos. Hablar de aquello que desarrollamos en nuestra vida pero no apuntarse a lo que no, sólo porque haya dinero o prestigio de por medio.
SER valioso. Lo que contamos y lo que transmitimos tiene que tener cierto valor en las pesonas que lo reciben. Si contamos, hablamos, comunicamos, compartimos algo con los demás, tiene que transmitir algo más que palabras y tiene conllevar cierto poso que nos haga pensar, dudar, criticar, elogiar… o hasta soñar.
SER único. Todos somos únicos pero un comunicador tiene que tener una forma de ser y comunicar que lo represente. No se trata de creerse un actor, ni de artificios. Se trata de reconocer la valía de uno mismo y mostrarse como único y diferente a los demás, con nuestros defectos y virtudes.
SER creativo. Todos hemos visto las presentaciones y actuaciones de personas que no se diferencian en nada de cualquier otra. Si eso sucede, si da igual que sea yo o cuaquier otra persona la que imparte una formación ante público o realiza una comunicación a una audicencia, entonces no tiene sentido que sea yo. Ser creativo significa hacer tuyo el mensaje, y significa mostrarlo de forma diferente y personal.