No puedo estar más triste en cuanto a los derroteros que estamos construyendo el profesorado. Estoy furioso al ver cómo los docentes se escudan en una ley como la actual, mala de solemnidad es cierto, para seguir poniendo en un folio números que definen el aprendizaje de nuestros pequeños.
Estos días he recibido notas de personas cercanas. Desde el profe que imparte hiatos y diptongos y es el examen sobre estos elementos tan emocionantes el que imprime tu foto de aprendiz. Un examen escrito, claro. Otros aprueban al 23% de su alumnado en matemáticas en un curso tan complicado como 2º de bachillerato, un curso al que llegan muchos menos de los que comienzan la ESO. Y se quedan tan panchos. La culpa es de los chavales de 17 años, panda de vagos!!
Lo más triste es escuchar a profesores de primaria crear una ecuación tan simple como injusta en la que los exámenes y los números definen como es el alumnado. 4,25 o 7,5 o la media entre 4 y 8,75. En eso hemos convertido la evaluación. Nadie podrá nunca explicar la diferencia entre un 4 o un 4,5 en el aprendizaje. Nos vamos al examen y de ahí no hemos sabido salir, o no hemos querido. Es muy cómodo.
¿De qué sirve hablar del proceso de aprendizaje?
¿Para qué comentar acerca del valor formativo (que no numérico) de la evaluación? ¿Y el papel de la evaluación como parte del proceso para mostrar la evidencias sobre los elementos que debemos mejorar? Y sólo se habla de contenidos. La palabra que nadie usa pero que todo el mundo evalúa. Simple y puro contenido.
Es que no se sabe la lección, es que el examen entra toda la teoría y no se la ha estudiado. ¿Para qué tratar las compentencías, o las habilidades transversales si seguimos haciendo lo mismo? A saber: Estudiar y valorar lo que se vomita en un examen.
¿Acaso no debemos hacer autoevaluacion los docentes?, ¿no tenemos nada que mejorar? ¿Es únicamente el alumnado el que tiene que cambiar? Nosotros lo hacemos todo tan bien que nuestras dinámicas, las mismas años tras año, lustro tras lustro, no merecen una puesta de actualización que nos haga replantear que hacemos hoy en el aula con este alumnado, ¿verdad?
Es muy triste ver reducido nuestro alumnado desde 6 a 14 años a simples números. No hay una intención de ir al porqué, a la causa ulterior por la que alguien puede o no puede hacer algo, al ser humano, a la persona. Todo lo que ponemos encima de la mesa son las notas. Nada más. ¿De verdad estamos tan convencidos de que esto que hacemos es lo que debemos hacer? ¿Es lo que necesitan?
¿Pero me aseguras que esta niña está para un seis?
Claro, luego hablas con los profesores y todos valoran la creatividad, todos creen que la oralidad es necesaria, que la gestión de emociones, del tiempo o de los conflictos son una obligación en la vida de cualquier persona pero nadie las tiene en cuenta a la horade valorar el trabajo del alumnado… ni sé si quiero que lo hagan a base números y decimales. Todos hablan de lo importante del trabajo en el aula, de la actitud, de la responsabilidad pero al final sólo tiene un valor decimal aproximado si tu nota de examen está cerca del cinco. Tan simple y triste como eso.
Y escuchar cómo se trata a la plástica o a la música desde la evaluación es tremendamente decepcionante. Parece que busquemos un puesto entre las asignaturas fuertes, las “hueso», se lo tienen que ganar duramente para sacar un cinco, no les vamos a regalar nada. La música no es para disfrutar, es para estudiar.
Y pondremos el grito en el cielo por PISA, las evaluaciones diagnósticas o las reválidas. No son más que cortinas de humo de lo que nosotros no hemos sido capaces de cambiar en nuestras propias dinámicas. Las que mantenemos igual que los últimos 20 años.
Me siento un pez fuera del agua. Hablando un idioma que pocos entienden o quieren aprender, los mismos de siempre que nos vemos de vez en cuando. Cada vez más decepcionado con lo que hemos convertido el aula, nuestra escuela. Y ahí no podemos culpar a nadie. Somos nosotros, los docents los que hemos conseguido llegar aquí. Para bien y para mal.
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Soy una madre de un adolescente de 13 años diagnosticado con el sindrome de Tourette que en principio no necesita ninguna adaptacion curricular pero si que el centro deberia seguir unas pautas para que se le pueda ayudar en las dificultades de aprendizaje que presenta en unas asignaturas. Es una lucha constante pero cuando leo estos mensajes de personas como tu Manel me siento reconfortada y a la vez pienso que aunque no vea alrededor tantos padres que sean criticos con este tiipo de educacion pienso que no estoy sola
Cuando nacio nuestro hijo en todo momento supe que es lo que queria para él. Ha tenido una crianza con apego y mucho amor y cariño. Siempre ha sido un chaval que ha expresado sus emociones, y es lo que se lleva por delante.
Sin embargo, la escuela no esta al unisono . En esta evaluacion que como tu dices es una evaluacion de contenidos y no un informe donde se dice que es lo que tine que hacer para mejorar su rendimiento, como ha suspendido tres asignaturas, le ponen que como no mejore su rendimiento puede suspender el curso. Parece ser que se lo ponen a todos los alumnos y alumnas que tengan mas de tresuspensos
Cuando tuvimos la reunion con la tutora esa fue la explicacion que nos dio. Le dijimos que no nos importan las notas, los numeros que vienen en ese dichoso boletin. Ella aun no estando conforme en poner esa observacion, no ha podido decidir por si misma. Bien lo unico que le dije fue que lo que no quiero es que le fastidien a mi hijo emocionalmente poniendo dichos comentarios.
Totalmente de acuerdo contigo Manel, yo como madre y preocupada por la educacion de mi hijo no quiero ese tipo de evaluacion. Quiero que evaluen otros aspectos, como la perseverancia, la sensibilidad , sacrificio, solidaridad y que ante todo sean personas con personalidad.
Me parece muy triste que crea que tiene toda la razón. Hay verdad en lo que ha dicho pero, como en la «evaluación», es algo más complicado de como lo explica.
Irresponsables, no saben, no se preocupan, no conocen a sir Ken Robinson, no saben lo que es el design thinking, no se preocupan por las nuevas tecnologías ni por como sus alumnos las usan, solo hacen exámenes. …
menos mal que, como usted dice, solo unos pocos (los que habláis) intentáis hacerlo «bien».
En mi opinión, y no se que punto se razón tengo, los maestros son de las personas que mas se preocupan por hacer las cosas bien. He conocido a muchos docentes de todas las etapas educativas y muy pocos me han parecido «despreocupados» por lo que hacen. Que hay que mejorar es obvio pero que es el sistema (no la ley) lo que está obsoleto está claro.
Yo no evalúo usando exclusivamente los exámenes. Valoro muchas otras cosas y hablo con la padres para informarles de como va el proceso pero, al final de todo debo ponerles una calificación numérica. Y para pasar el bachillerato y entrar a la universidad deben pasarse unas pruebas escritas («exámenes» de contenidos) establecidos desde el sistema y que no tienen en cuenta ninguna otra cosa de esas de las que habla usted en su artículo.
Un saludo.
Como dice Manel, la reducción a una calificación numérica es un paso atrás muy grande. Es parte de algo más complejo, en mi opinión. Se trata de parcializar los procesos y saberes para reducirlos a píldoras de contenido que hay que medir, sin tener en cuenta circunstancias del proceso como puede ser el ritmo de aprendizaje o las ayudas que un alumno necesite. Hace años en Primaria se valoraba exclusivamente el proceso de aprendizaje, dejando libertad a los docentes a que éste tuviera un tiempo de desarrollo largo. Era la razón de ser de los ciclos. Paralelamente, la ausencia de especialistas hacía que el tutor tuviera un contacto y conocimiento del alumno y su proceso de aprendizaje muy superior al actual. No existían parcializaciones basadas en un currículo obsoleto, como el actual, pero sobre todo, el tutor tenía capacidad de gestión de tiempos, procesos y, desde luego, evaluación. Hoy hemos caído, digo hemos aunque yo no evalúe con exámenes y soy profesor en bachillerato y también fui maestro anteriormente, en el uso exclusivo del examen como única herramienta de evaluación. un error que condiciona enormemente la práctica docente que se limita a entrenar pruebas. Si se trabaja con proyectos, si atendemos a los intereses de los alumnos, si evaluamos con instrumentos variados (producciones escolares, lecturas, proyectos, exposiciones…) la evaluación es más rica, más heterogénea y más completa porque permite conocer más en profundidad al alumno y su proceso de aprendizaje. Desde luego, lleva más trabajo que poner exámenes (por muy tediosa que sea la corrección) pero permite conocer el proceso por el cual un alumno aprende, dónde se equivoca y cómo ayudarle a reconducir desde el error hasta la adquisición de conocimientos.
Por resumir, la calificación es una cosa, es el resultado del proceso de aprendizaje pero actualmente, la calificación numérica es el único referente del proceso de aprendizaje sin que se pueda matizar qué significa ese calificativo concreto y, lo más grave, dónde hay avance en el proceso y dónde no. Ojalá volviéramos al «progresa adecuadamente» y «necesita mejorar», desde luego era más significativo.
¿Cuál es tu alternativa respecto a la evaluación? ¿Crees que centrando la evaluación en aspectos que mencionas -obviamente importantes- los alumnos podrán adquirir mecanimos para superar las evaluaciones del Bachillerato la Universidad? Cada vez creo que menos en la culpabilización absoluta del sistema actual. Tengo 26 años y he «sufrido» este sistema, menos innovador incluso que el que hay ahora, y actualmente soy profesor funcionario con plaza y una gran mayoría de mis amigos tienen carrera y trabajo, no creo que lo que se ha hecho en la última década sea tan malo.
Propuestas sí, pero concretas por favor.
Vamos por partes
Yo no estoy criticando la evaluación. Es parte de un proceso, de un proceso que NO debería terminar en la evaluación. Lo que estoy criticando es ESTA evaluación, la evaluación que es final de trayecto. La evaluación nació como una forma de valorar y hacer entender al alumno qué hacía bien y qué hacía regular, qué debería mejorar, cuáles son sus puntos fuertes y a qué no es capaz de enfrentarse.
Por otro lado. ¿De verdad crees que la finalidad de una evaluación es pasar el examen de reválida? De superar la selectividad? O el hecho de superar la selectividad es una consecuencia de la buena ‘educación’ que han tenido como alumno. Es MUY distinto!!!!
En tercer lugar. Culpabilizar al sistema porque a ti te haya ido bien?? o a tus amigos?? Es ese el rasero? De verdad que el objetivo en la vida es ser funcionario? Tener trabajo y ya está? No hay nada más? R alterne crees que tu oposición fue para conseguir al profesorado más preparado para enseñar?
Te recuerdo que DIRECTAMENTE hay en España cerca de un 30% de fracaso. E indirectamente, gente que ha escogido lo que le ha quedado como opciones de estudio, que ha tenido que escoger segunda o terca opción, los que tienen una carrera y tienen que hacerse una FP de grado superior porque no hay salida, los que han tenido que buscarse la vida de otro modo pero ya no figuran en esa estadística facilona del fracaso temprano. El sistema no funciona. Yo soy de los que creen que Sir Ken Robinson tiene toda la razón. El sistema no permite más parches. Necesita que se re escriba. Y la evaluación muchísimo. Por qué seguimos con el examen como base? Acaso a estas alturas aún hay docentes que no conocen las rúbricas, el portfolio..? Acaso todavía hay quien no sabe que es una dinámica activa de aprendizaje? Pues si, hay todavía mucha gente que las desconoce. Así de lamentable. Y no… no me vale echarle la culpa a la administración ni a la ley?
Permitiríamos a un médico con ese nivel de desconocimiento hacerse cargo de una caso de operación a corazón abierto o a un médico de urgencias tratar a un herido por precipitación? Nooooo, pero a los docentes… ay!!! a los docentes!!!
Propuestas?
Si. Claro. Empezando por enseñar de otro modo que incluye, NECESARIAMENTE utilizar otro tipo de evaluación. Usar más el portfolio, usar más rúbricas. Valorar, que no numerar otros elementos más importantes en la vida. N others boletines de notas minimalistas, mostrar los puntos fuertes del aprendizaje, no reducirlos a un número.
Generar más confianza con las familias es estableces un diálogo con ellas, no una lucha permanente contra ella. ¿Enseñamos a que nuestro alumnado tenga una buena resiliencia? La valoramos? pues te aseguro que es bastante más importante que saber muchas matemáticas o mucha biología. Acaso les enseñamos a gestionar el tiempo o a tener autoconfianza? se lo valoramos?
Pues te aseguro que para los que piensan que lo importante es pasar la prueba de selectividad que les garantizará ( JAAA! Me río de esa garantía) y cuya gran mayoría nunca ha pisado otro tipo de trabajo o que no sea un aula, se llevaría un chasco si supiesen lo que el FORO ECONÓMICO MUNDIAL que no es una hermanita de la caridad, precisamente, piensa qué es necesario como trabajadores del futuro.
Pues mira esta otra entrada en mi página
https://imaxinante.com/el-pez-el-elefante-el-mono-y-el-arbol
Y para terminar, sí, creo que tenemos que ser muy autocríticos. Es necesario para evitar esa complacencia que tenemos con nosotros mismos y nuestras acciones.
Gracias por intervenir ??
Tengo la sensación que toca culpabilizar al profesorado….es moda. Es fácil. ¿Y la responsabilidad de los progenitores?, ¿y la del alumnado? No es una cuestión de buscar culpables sino de buscar soluciones. Eres docente, me encantaría escuchar tus propuestas de evaluación. Criticar es muy fácil.
Toca hacerlo responsable. Toca que se actualice y camine hacia otro tipo de educación y otro tipo de valoraciones. Que puedo proponer? Porqué no empezar por eliminar el examen como medida de valoración máxima? Por qué no generar un informe personalizado antes (o mejor en vez) de las notas? Por qué no introducir el valor en cuestiones como la inteligencia emocional o la resolución de conflictos en vez de valorar únicamente contenidos. Es cierto que en cursos cercanos a la universidad es muy necesario tener altos conocimientos de contenidos pero no es menos cierto que a todos los niveles (salvo infantil) es la base que se utiliza para valorar un aprendizaje. Y no debería ser así.
Pero creo que todo acaba yendo a lo más importante. Qué entendemos por educar!! Y hay personas que entienden que su papel es el de transmitir información y es eso lo que les exige a su alumnado: que le devuelva (por escrito) esa misma información. Otras personas consideran que hay otras prioridades.
Y es cierto que puede haber staquees al profesorado pero no entrenos en el corporativismo para defender algo tan simple como la dcializacion del profesorado. Porque muchos de los problemas se basan en qué sabes de educar y no en qué sabes de mates, lengua, biología…
Is pro participar. Por supuesto que no se trata de culpabilizar, se trata de saber que es responsabilidad nuestra y ponerse a trabajar para cambiarlo, no simplemente de dejarse llevar simplemente porque «siempre se ha hecho así»
Las familias tienen su cuota de responsabilidad?? pues claro. Que el alumnado también? Por supuesto. Pero no quita ni una coma de razón en lo que he dicho.
Nuestros conocimientos sobre cómo se produce aprendizaje son lamentables. La gran mayoría de los docentes ni se preocupa como aprende el cerebro, ni de las metodologías que se deben aplicar. Es cierto que hay personas muy notorias y los que llevamos tiempo trabajando en dinámicas activas hacemos mucho ruido pero no somos, ni de lejos, una mayoría.
Mucha gente no sabe ni se preocupa porque su alumnado utilizar las tecnologías, en tal caso quiere aprender ellos para seguir con su papel de emisor de contenidos y mientras ese rol sea le principal en un sistema educativo, no hay nada que hacer en ninguna área.
No sé si has podido leer a Sir Ken Robinson o a Gerver, o a Gardner o a Karan o a Swartz por poner algunos ejemplos. Peor esas lecturas son todavía a día de hoy mínimas para le volumen de docentes que existe. Y lo mismo podríamos aplicarlos a conocimientos sobre las soft skills, el neuroaprendizaje o design thinking. Etc etc etc
En otra entrada he realizado unas pequeñas propuestas que bien podrían llevarse a cada centro.
No busco culpables, buscó gente responsable que, cuando se le pone delante una realidad, no lucha contra el mensajero realidad, le hace frente a la realidad e intenta cambiarla para mejor.
Gracias de nervio por participar 🙂
Hoy mismo hemos comentado en el centro como poder quitarle ese aire trágico que la evaluación tiene en los padres y en los profesores. Como explicar a padres y por desgracia a profesores, que evaluar es saber en qué punto del proceso estamos para tomar decisiones y por lo tanto intentar corregir errores. Por desgracia más allá de intentarlo con las padres de nuestros cursos no sacamos ninguna idea nueva. Pero creo que para evaluar lo importante es saber que quiero valorar. Y eso a veces choca con todo, incluido padres y como no legislación.
Pues yo voy a enviar a cada niño un pequeño informe personalizado antes de que reciban las notas. Un informe que no lleva nada numérico. Sino lo que yo veo de él. Sus puntos fuertes. Los que hay que fortalecer.
Pues te voy a comprar la idea. Cuando tenga la reunión les daré un pequeñito informe explicando los progresos, pero sobre todo con ideas para poder ayudarlo a progresar más.
Me parece una idea fantástica.