O eso debe pensar el presidente de la Comunidad e Madrid y su equipo de la consejería de educación, lo cual es absolutamente increíble que se pueda realizar semejante afirmación. La ignorancia se ha establecido en algunos miembros del cuerpo político y no parece tener fin.
El señor González haría bien en callarse o, como mínimo, que fuese asesorado por personas que saben algo del tema (que no son sus actuales asesores) antes de decir semejante barbaridad.
Realizando una analogía, deberían nombrar como cirujano cardiovascular a cualquier persona que haya realizado estudios relacionados con la sanidad: enfermeros, pediatras, otorrinolaringólogos, psiquiatras, ¿no? ¿Nos metemos en sus manos??
Pues eso debe de pensar el señor González. Cualquier persona que haya realizado sus estudios universitarios en cualquier área sirven para ser maestros.
¿Qué es lo que define la docencia? ¿seguimos en la misma de siempre, afirmando que la docencia se define simplemente por la cantidad de conocimientos que tiene el maestro? ¿de verdad que todavía estamos en esa discusión? ¿Cómo es posible que alguien sea tan ignorante para realizar tal afirmación y no caer en el escarnio público?
Ser docente es tener conocimientos de muchas cosas, pero sobretodo, sobretodo, conocimientos de cómo se ha de enseñar, PEDAGOGÍA con mayúsculas, y DIDÁCTICA, con mayúsculas. Y ya resulta extremadamente escasa la que se introduce en la educación secundaria como para también eliminarla de los estudios de magisterio.
Pero me resulta increíble, pero sobretodo triste, oír a responsables de centros de formación de profesorado, como la señora Rosalía Aranda en este artículo de El País, afirmar que es necesario conocimientos generalistas para impartir en primaria, pero las palabras pedagogía y didáctica son eliminadas del vocabulario tan pronto hablamos de secundaria. O se vanaglorian de los master en educación secundaria que las diferentes universidades están llevando a cabo.
Curiosamente, para esta gente el tema de conocimientos de contenidos son esenciales para ser docente así que se está valorando que para ser docente de primaria hay que superar una prueba de conocimientos básicos en contenidos. Qué lamentable que eso se plantee así y no se plantee una prueba de conocimientos pedagógicos “excelentes”.
Incluso ahora los master de secundaria cuentan con cantidades de tiempo, esfuerzo y materiales destinados a mejorar pedagógicamente al profesorado de secundaria realmente ínfimas. Los responsables pedagógicos de los mismos tienen que pelearse con otros departamentos para conseguir tener un poco de espacio para ello.
Paradójicamente han coincidido en el tiempo este artículo de El País con este otro de El Confidencial donde habla de la situación de Finlandia y su profesorado. Me resultamos difícil entender porqué un país como Finlandia es capaz de tratar este tema de un modo que nosotros no parece que podamos abarcar aquí. Quizás sería necesario contar con personas en los niveles de dirección política que estuviesen más abiertas, con más miras y, desde luego, con más bagaje de conocimiento sobre educación y desde luego sobre educación en otros países donde está teniendo lugar una verdadera revolución que dura más de 10 años.
Menos mal que el ministerio de educación no ha dado vía libre a esta barbaridad que la consejería de educación de la comunidad de Madrid quería plantear, una más después de introducir como docentes a lectores extranjeros para abaratar costes en material humano.