Design Thinking para cambiar la fisonomía del centro educativo

Design Thinking para cambiar la fisonomía del centro educativo

Design Thinking

para cambiar la fisonomía del centro educativo

Siguiendo con la serie de artículos centrados en la metodología Design thinking, construida como una CBL «Challenge Based Learning», en este artículo nos centraremos en algo que resulta absolutamente esencial en cualquier espacio de Trabajo: la construcción del mejor centro.

Pocos centros existen que nos gusten como están construidos. La mayoría de ellos no son de nueva creación, así que toca remodelarlos intentando adaptar las circunstancias actuales al objetivo que perseguimos. Más delito tienen los centros que se construyen hoy en día, que no siguen ningún planteamiento pedagógico.

¿Os imagináis construir un centro hospitalario en donde la entrada de urgencias se encuentre al otro extremo del laboratorio de pruebas clínicas? ¿O construir un helipuerto sobre la zona superior de un hospital en el que no se pueda aterrizar? Bueno, he puesto dos ejemplos en los que pasa exactamente eso,  para que vais que en «todas las casas se cuecen

Algunas consideraciones a raíz de esto es que, tanto los centros antiguos como los de nueva creación, parten de un concepto arcaico de educación, el de la fábrica compartimentalizada, diseñada hace muchos decenios sin tener en cuenta los enormes cambios que la sociedad ha sufrido y seguirá sufriendo: 25 alumnos mirado a frente donde se encuentra la mesa del profesor y el encerado.

Como muy bien afirma Chris Johnson en su artículo «Pequeños ajustes en el espacio de aprendizaje pueden hacer una gran diferenciapublicado en el blog de ISTE (Sociedad Internacional para la Tecnología en Educación).

In classrooms around the world, educators are using digital tools to collaborate with peers, create artifacts, communicate across national borders and crunch data. But for the most part, we are implementing these changes in physical classrooms designed decades ago.

Viene a decir que los educadores de todas partes del mundo usamos elementos tecnológicos y herramientas para crear productos o artefactos, comunicarnos, etc en entornos que han sido diseñados hace décadas.

En ese sentido viene muy bien revisitar la entrevista a Rosan Bosch en Twitter @RosanBosch  en la serie del BBVA “Aprendemos juntos” en el que podemos apreciar el poder del espacio educativo en el desarrollo de aprendizaje.

Sin embargo, no nos llama la atención que los centros de nueva creación no se realicen pensando en espacios de múltiple propósito o con zonas intermedias de lectura o espacios pensados para audiovisuales o separaciones dinámicas para las aulas. Por desgracia, las administraciones no han llegado al punto de definir el qué después del por qué y para qué.

Los centros ya creados lo tienen todavía más complicado. Las infraestructuras antiguas condicionan muchísimo las posibilidades pero no es la variable más constrictiva. Sí, el apartado económico es otra de las cuestiones sin la cual poco se puede hacer, pero tampoco es la más determinante.

Efectivamente, las personas y el por qué hacemos las cosas es lo que acaba determinando qué tipo de centro queremos. Y, en ese sentido, la metodología Design thinking puede ser un buen medio para conseguirlo.

Cuando generamos una posible solución sin antes haber pasado por las etapas anteriores, corremos el riesgo de:

  1. determinar sin bese la solución»
  2. generar LA solución. Nuestra solución sin un bagaje argumental
  3. determinar la solución sin tener en cuenta la idoneidad, coste, implicaciones.

Resulta fundamental comenzar por un por qué. Y en ese sentido, describir qué centro queremos es definir por qué creemos en la educación que soñamos. Pongamos por caso que queremos cambiar nuestro centro: ¿Qué tipo de tareas se realizarían? ¿Qué tipo de equipamientos?¿Dónde? ¿Qué haría el docente?¿Habría sólo uno? ¿Qué pasa con la infraestructura? ¿Y en qué momentos podrían hacerse uso de los medios? ¿Podrían moverse los alumnos? ¿Qué lugares podrían ocupar?

En ese sentido, el documentoNuevos espacios de aprendizaje creado por la consejería de educación del Principado de Asturias me parece bastante interesante y un acercamiento muy inteligente. Otra cuestión es saber si los poderes políticos estarán dispuestos a dejar en manos de los centros educativos  y de los docentes la aplicación de esas bases y con la manga ancha suficiente como para comenzar una transición a otro modelo de estructura educativa.

Y podríamos seguir haciendo preguntas, pero ninguna de ellas tiene sentido si no hay un por qué poderoso que nos obliga a ver el proceso de cambio. Mis porqué podrían ser algo así como.. 

  • Porque creemos en grupos amplios con doble docente con apoyos puntuales en espacios amplios que se pueden modificar dinámicamente
  • Porque creemos en movimientos de mentorización con aprendizaje entre iguales en espacios de privacidad y discusiones con mediación propia.
  • Porque creemos que trabajar ni implica estar sentado ni estar en una mesa, podemos contar con diferentes formas de reuniones, trabajo, estudio, deleite o discusión. En la diversidad de funciones está lo mejor de cada opción 
  • Porque creemos en un tipo de tecnología ubicua, móvil, multimedia y transparente por decisión del centro y en manos del alumnado.
  • Porque creemos en un aprendizaje activo que implica mobiliario móvil, zonas de ruido para trabajos por interdependencia combinadas con en espacios de silencio
  • Porque creemos que los tiempos de aprendizaje no vienen determinados por las horas sino por objetivos emocionales, cognitivos y sociales en le que valoramos lo que sí sabe hacer y permitimos aprender desde el error, la curiosidad, la manipulación y en la naturaleza.
  • Porque creemos que el docente no precise de un espacio concreto, sino que se moldea a las necesidades  y situación del grupo.
  • Porque creemos que las posibilidades de lectura, trabajo individual y grupal vienen determinados por la oportunidad, la motivación, los proyectos de aprendizaje y las sinergias de las personas.
  • Porque creemos que cualquier espacio o superficie es susceptible de vestirse en arte y ser un lugar de trabajo.

Y todo ello daría como resultado, elementos como:

  • sillas de diferentes alturas y de movilidad rápida para generar diferentes grupos y trabajos colaborativos.
  • mesas movibles par generar esas diferentes oportunidades de agrupamientos
  • zonas de silencio con mobiliario cómodo que permita una lectura más grata
  • paredes transparentes para introducir más luz  y ver el interior de las aulas
  • paredes y superficies sobre las que escribir, dibujar y ensayar de forma artísitica
  • zonas de almacenamiento flexible que no cierren espacios en el aula
  • grandes espacio libres con zonas de manipulación y experimentación física 
  • pequeños talleres manipulativos con elementos físicos, mecánicos y desmontables

Estos son algunos de los por qué que podrían surgir de las visiones de diferentes personas e intereses. Por eso, le metodología de Design Thinking es una buena aproximación para que todos los actores presentes en una comunidad educativa generen un centro de futuro.

Aunque el objetivo parezca inabarcable, pueden generarse pequeños pasos, poco a poco y hacia la dirección correcta. Para ello es necesario contar con equipos directivos valientes que se apoyen en departamentos diseñados para pensar en el cambio y en personas que cuentan con un perfil claramente innovador. Podrían ser los llamados director(a) de innovación.

Como ha dicho Chris Johnson,

“Cada pequeño cambio cuenta»

Y como  algún que otro docente

«Es preferible pedir perdón que pedir permiso”

Derribemos algunas paredes

Manel Rives
Manel Rives
Docente que trabaja con diferentes tecnologías, e intenta ayudar al alumnado a potenciar su creatividad y a realizar sus proyectos mediante tecnologías audiovisuales con nuevos dispositivos. Apple Professional Learning specialist & LinkedIn Learning Author

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