Va a parecer que mi entrada anterior (o las anteriores) pueden parece algo cargadas de bilis. Quizás sea así y mi acercamiento no es el adecuado. Es posible. Me lo han comentado en un par de ocasiones y posiblemente tengan razón. Y quizás es posible que alguna persona (de las que pincha y corta el bacalao) no tenga a bien considerarme para algún trabajo debido a las opiniones vertidas. Es posible.
Pero me vais a perdonar por estos exabruptos que pueda estar echando en mi web, cuando lo único que estoy haciendo es defender posiciones que muy bien podrían las administraciones realizar. Lo criticable de la administración no es que generen planes y realicen inversiones multimillonarias. Es lo esperable. Es más, tienen el derecho a llevarlo a cabo. Tienen la obligación de hacerlo.
Nadie debería criticar a una administración por querer llevar a cabo proyectos, proyectos que pueden ser más o menos acertados en cuanto a la introducción de la tecnología en el aula y su puesta en funcionamiento. Lo que si es criticable es el modo de hacerlo.
¿Quién asesora en cuanto al tipo de tecnología?
¿Qué se persigue con esa introducción?
¿Qué sistemas de evaluación sobre el modelo tecnológico y de funcionamiento?
¿Qué plan de utilización y formación va asociado y qué repercusiones tiene en el aula a corto, medio y largo plazo en el alumnado?
Esas preguntas no pueden estar supeditadas a postulados políticos ni a cuestiones de orgullo mal interpretado o a intentos de conseguir réditos cortoplacistas. Quizás lo más criticable sean estos puntos, ¿no creéis?
- ¿Acaso se ha parado en algún momento la incorporación de los ultraportátiles netbook en los centros cuando ya era un modelo anacrónico tecnológico en su propio planteamiento? No, y sin embargo el proyecto duró varios años.
- ¿Acaso se ha contado con los docentes referentes a nivel nacional (y no los informáticos de turno) para que sea, a partir de sus planteamientos, los que decidan las diferentes opciones para el aula? No, al final lo deciden entre políticos e informáticos que, lamentablemente, no tienen la capacidad pedagógica y metodológica adecuadas.
- ¿Acaso se ha realizado un estudio de las diferentes fórmulas tecnológicas para que no exista una única vía? No, el planteamieto único de la administración es la única oferta.
- ¿Acaso se ha permitido a los centros apostar por sus propias ideas y decisiones tecnológicas? No, el aprovisionamiento de elementos tecnológicos como decisión de los propios centros educativos nunca se ha puesto sobre la mesa.
No hay un solo proyecto tecnológico a nivel administrativo en todo el panorama nacional que haya echado el freno de mano a mitad de camino para valorar resultados, percatarse del error y decidir un cambio de rumbo. Ni uno. Y eso es, en sí mismo, un error de gravedad enorme.
Todos lo agradeceríamos, incluso aplaudiríamos a rabiar. Y sin embargo seguimos recibiendo proyectos que no nos queda más remedio que tragar porque te los meten en el aula, como las anacrónicas PDI en las que seguimos gastando millones de euros en el 2016.
Creo que no sería difícil, realmente no lo es. Es una simple cuestión de intenciones, de objetivos. Y podemos discutir sobre el modelo tecnológico, incluso de tiempos y formas. Lo que es innegable es que los agentes del cambio, los agentes que deberían asesorar en cuanto a tecnologías en el aula, la formación y planes de discusión son los docentes referentes en el aula. Y no está siendo así.
Y ese … ese el error más grave de todos.
Comments: 4
Creo que das en la clave, EVALUACIÓN. Hay que evaluar todos los proyectos y no sólo los resultados. (ojo no confundir con calificar). Evaluaciones rigurosas, en las que se lleguen a conclusiones claras, seguir con el proyecto, modificarlo, encontrar errores, fortalezas…
Si. Creo que ese sería el punto clave. Pero no hay administración que sepa/quiera parar el motor para hacer una evaluación real de las inversiones tecnológicas. Es más… ni siquiera se plantea una formulación pedagógica en sus inicios, de ser así este año no se habrían comprado cientos de PDI o por lo menos habría espacio para adquirir otro tipo de tecnologías.
Y lo peor es que son «agencias» quien desde una posición realmente preocupante en cuanto a conocimientos pedagógicos y metodológicos las que deciden qué se usa en las aulas. Y no contento con ello penalizan cualquier otro tipo de tecnologías.
No hay margen de movimiento. No dejan margen a los centros. Es vertical y piramidal.
Las PDI son un producto que ha calado en el profesorado y es complicado convencerlo incluso con argumentos sólidos. Es el yo lo quiero, no sé para que, pero si lo tiene fulanito yo también.
En mi centro hace 3 cursos se planteó la idea de poner una PDI en cada aula. Intenté convencer al director de que pusiera proyectores y pizarras blancas, que nos íbamos a ahorrar bastante dinero y que podríamos gastarlo en otras cosas, incluso con alguna compañera ( Audición y lenguaje) le propusimos renunciar a la PDI y comprar un ipad para su aula.
Lo planteó en el claustro y a pesar de mi insistencia de argumentos que creía indestructibles, todos quisieron la PDI. Ahora ves como todos la usan únicamente como pantalla de proyección . Y mi compañera de AL sin PDI y sin Ipad :-(((
La PDI es, a día de hoy, contraproducente en el aula . Es Mordor y el docente ‘El señor de los anillos’ que todo lo puede y cuando hay suerte, se acerca un hobbit a tocar con sus deditos. Los otros veintitantos se quedan mirando.
He llegado a oír la burrada de que es muy estimulante jugar en una PDI al ‘Agry birds’.
La PDI refuerza el paradigma del aprendizaje centrado en el docente, en vez del alumno. Y es la prueba palpable de que la tecnología y su introducción en el aula de forma masiva no se plantea de forma adecuada ni pensando en la educación. En lo que piensen los que deciden estas cosas no es en la educación, serán otras cosas…
Pero no son los únicos. Los docentes de aula son tres cuartos de lo mismo y a tu prueba me remito.