Soy muy pesado con ciertos temas, temas en los que creo fervientemente, el trabajo continuo basado en el feedback positivo para desarrollar una mentalidad de crecimiento, las dinámicas activas de aprendizaje, la estrecha colaboración entre participantes en equipos con procesos de interdependencia, el uso de la tecnología transparente en manos del alumnado y sobretodo la positivización del error y la resiliencia de las que llevo hablando más de 8 años.
Es importante que todos: familias, administraciones y docentes (especialmente nosotros, los docentes) cambiemos muchas cosas. Sigo pensando que discutimos poco en los centros educativos, y cuando lo hacemos, lo hacemos (o nos dejan hacerlo) sobre ciertos temas pero quizás no sobre los más importantes, o dicho de otro modo, no podemos o no sabemos (… o no queremos!!!) hablar de los temas más profundos, de aquellos que son los propios cimientos de lo que entendemos por aprender, para después discutir sobre cómo enseñar. Sinceramente no sabemos qué es necesario aprender y, por consiguiente, no sabemos qué enseñar ni tampoco cómo enseñar.
Alguna de esas cuestiones vienen dadas por cómo entendemos que deben ser los procesos de aprendizaje, qué entendemos qué deben aprender y porqué, como lo usarán en su vida, qué uso tendrán (y aquí hablaríamos largo y tendido del punto de vista laboral, emocional, social, académico…) y cómo lo podemos articular en el proceso educativo. Y de nada de esto hablamos en los centros, ni tampoco se habla a niveles superiores, cierto es. Hay ciertas cuestiones que son inviolables: el horario de los docentes, los meses de verano, el horario más o o menos monótono, las asignaturas (con muy pocos cambios, la verdad), el acceso a la docencia, las carreras docentes, etc . Y por eso este tipo de cuestiones no entran en la discusión. Lamentablemente.
Las luchas internas de los partidos por cómo quieren maniobrar para si con la educación resultan cansinas y predecibles. Y lo peor, ninguna de ellas son de calado o profundidad para poder cambiar algo el sistema. Creo que son los primeros que no saben aprender de sus errores, básicamente porque, para ellos, no es ningun error… o nunca lo reconocerán como tal. ¿alguien ha ído alguna palabra negativa del partido del gobierno sobre el descalabro de la LOMCE? ¿Del esperpéntico anterior ministro? pues eso.
Volviendo al inicio de este nuevo soliloquio, los adultos tenemos nuestros propios procesos, límites y situaciones complicadas de las que debemos aprender. Nuestros propios errores.
Son situaciones de todo tipo, cometemos errores en el plano emocional y en el familiar, en el sentimental y en el laboral, en el económico y en el educativo también. Yo he cometido alguno gordo en prácticametne todas esas categorías. De algunos he aprendido a duras penas y de otros… de otros me cuesta más. Y creo que me cuesta más, en parte porque no me han educado (no nos han educado) a realizar nuestra propia lectura de lo que nos pasa o de lo que hacemos, sobre todo en lo emocional… del que podríamos decir que depende todo lo demás. Y en parte porque no estar a la altura de lo que se pide o de lo que se espera me genera cierta angustia personal.
Recientemente he tendo dos expriencias de este tipo, aunque no ha sido la primera por desgracia (ya hice mi personal visión retrospectiva de mi charla TEDxGalicia hace unos años… con unas sensaciónes más negativas de las que se percibía desde fuera). Pero en este caso, es una experiencia más concreta dentro de un tereno que -pensaba- tenía más conquistado.
Ambas se refieren a procesos de formación a docentes. En la primera debo decir que ciertamente es una mala experiencia por mi parte, un resultado bastante negativo por mi incapacidad de conectar con el público y sus necesidades. Tengo mis conclusiones: quizás ser la primera vez que impartía en ese escenario me condicionó, posiblemente la diferencia de etapas fue un handicap muy mal calculado por mi, la inexperiencia en ese terreno o la falta de conocieminto en cuanto a las expectativas reales para cada uno de los asistentes. Ciertamente fue una experiencia algo agria. Más cuando llegan las valoraciones… y a mi me afectan las valoraciones negativas. (nota personal, también tengo que aprender más sobre eso)
Pero también he estado pensando si parte del resultado se debe a cómo veo la educación y el proceso de experiencia de aprendizaje y si este es poco adaptable a otros entornos. O el hecho de que muchos de los asistentes tuviese una concreta y única mirada de lo que persigue donde el elemento que les ofreces ha de caber exactamente en ese hueco ideado y adaptarse a él. Ese hueco nunca se plantea si es alterable o prescindible, moldeable o incluso transformable o a lo nuevo que se le ofrece.
Sí… cómo entendemos la educación cambia radicalmente la forma de enseñar. Y quizás me faltan esos procesos transformacionales en las diferentes etapas: Buscamos casi siempre elementos, instrumentos, tecnologias o plataformas que se adapten a lo que ya entendemos y nunca pensamos en modificar lo que entendemos a partir de la experiencia de aprendizaje.
En la segunda ocasión, fue más doloroso y molesto si cabe. La idea de que no modificamos nada de nuestro centro, de nuestra práctica o de nuestra filosofía de trabajo mientras bucamos soluciones fáciles, rápidas y sencillas para cubrir lo nuevo, sin cambiar nada de lo tradicional, nos sirve para poco más que «autoargumentarnos» qué prácticas son válidas o no. Pero ni un atisbo de pensamiento de cambio profundo sobre lo que ya hacemos, y mucho menos dejarnos transformar por lo que nos guataría ser… o mejor dicho, lo que deberíamos ser.
Intento aprender de los errores… y a raiz de estas dos experiencias tb me pregunto. Estas entidades con las que no he tenido la experiencia tan positiva como me gustaría… ¿entiende que el error es parte del aprendizaje? Porque si no lo han hecho, siguen buscando frases educativas que funcionen como verdades absolutas. Si realmente creemos que el error es parte integral del proceso de aprendizaje, no podemos esperar que, a la primera, todo sea de color de rosa.
Curiosamente comienzo estos días acolaborar con una entidad importante y me ha llamado la atención la forma en la que esta entidad quiere ayudarme a generar la mejor experiencia de aprendiaje, ayudandome a mi, se ayudan a sí mismos. Y no es la única… he visto procesos vitales más potentes siendo ADE que en muchas de las propuetas educativas oficiales y esperando (y permitiendo) mucho más margen de error. Porque el error es vital, es humano, es esperable y comprensible y de él se aprende. Aunque las institucioens educativas sean las últimas en darse por enterado.
Comments: 4
«El error es parte esencial del aprendizaje». Más aún sin error no hay aprendizaje. Luego la enseñanza se tiene que centrar en el error no en el acierto.
Si no existe error no hay aprendizaje. Eso es algo que le digo a los padres al incio de curso. Aprender de los errores es simplemente «aprender». Lo que nos lleva a enseñar a errar.
Muchas gracias por tu respuesta. Ojalá más profes e instituciones pensasen así.
[…] Te despiertas todos los días teniendo que luchar constantemente por superar los obstáculos de tu camino, o debes sacar fuerzas para volver a levantarte después de una dura caída. […]